Taller: Rumbo a una redistribución desobediente de género y anticolonial de la violencia
¿Y si la violencia, en vez de un fenómeno constituido y contenido por lo social, fuera leído como la fuerza constituyente de lo social? ¿Y si, después de poner en evidencia los modos como la violencia es socialmente distribuida, inscribiéndose en la propia gramática de la normalidad y no como excepción a la regla, pudiéramos ahora especular sobre la violencia como eje en torno al cual gira el mundo humano-blanco-moderno? Tal ejercicio especulativo nos llevaría a re-describir ese mundo como daño y no como evento positivo, como herida y no como brote. La metáfora conceptual del mundo-herida, por lo tanto, redescribe la colonialidad como principio de consolidación de ese proyecto de mundo, cuyos modos de organización política, social, económica, emocional y subjetiva están fundados en la arbitrariedad del apocalipsis ajeno como condición de creación de un mundo propio. Es decir: el fin de los mundos otros en nombre de la constitución global, inescapable y auto-inmune del mundo como